Acabando agosto, y empezando septiembre…
Esta vez, me he decidido dar una escapada con una amiga por el norte del país. Nunca había estado en Galicia, y que mejor forma que hacerlo a lo grande: escapada física, psíquica, e intelectual.
Esto me ha enseñado sobre todo a confiar más en mí misma, y tener algo de fe. Parte de la religión ayuda de ello. Y aunque, los jóvenes y no tan jóvenes de hoy en día nos volvamos un poco ignorantes al respecto, me ha sorprendido muchísimo la cantidad de gente que al final siempre la encuentran como una salida en la vida.
Llamémosle Dios, o como sea, siempre se cree en algo.
Y sí no hablamos de religión, también nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos y saber que queremos en la vida.
He aquí algunas fotos de mis mejores momentos sufridos y disfrutados antes, durante y después: